sábado, 22 de octubre de 2011

bacio

Varias cosas: 
Una que es como un hongo resistente. no entiendo qué hace ahí, cómo lo hace ni por qué: un link. 
Otra, que es como un témpano, bueno... varios: mis dedos. 
Finalmente, la campanita insistente de las obleas de cajeta que por la calle se ofrecen. pues eso: el tintineo de dicha campana. 


De nuevo me hallo escribiendo para despejar el nudo de carrete que traigo en la cabeza. Acabo de hacer una analogía que revela mi inevitable afición pescadora, sí, me gusta pescar. Sucede que pretendo pescar una idea que me arrastre de este tedio por el que me arrastro, por el que me veo espirulada ineludiblemente. Carajo. La primera vez que escribí en este blog fue por la enorme pesadez de la ausencia de alguien más. Le extrañaba. De nuevo, escribí por extrañar. Finalmente también me hallo escribiendo por extrañar. Le?...  desconozco. O lo evito. Los témpanos mencionados ayudan. Es curioso, cada vez que hago esto tengo un terrible dolor de cabeza que disminuye paulatinamente mientras las palabras son escritas. Es fácil cuando recuerdo la suavidad. Suavidad, una de mis palabras favoritas. Pensar en todo lo que significa haciendo un recorrido historiográfico personal, me resulta sublime. Cada una de las suavidades en mi vida ha sido pausada hasta donde recuerdo. Pausadas o muertas, y no por ello olvidadas o menospreciadas, al contrario, creo que justo por esa condición me son tan especiales. Cada que escribo llego a un punto donde me pregunto como para qué lo hacía, si merece la pena o no, y si había un punto o pretendía llegar a uno y he llegado justo a ese punto ahora mismo. Dado lo escrito, sigo concluyendo que para mí escribir es plasmar un fragmento de mi "ir a la deriva" cotidiano disparado ahora por una suavidad que me tiene dando vueltas, una suavidad ajena que quizá no vuelva a sentir. Y sin embargo cada que quiero la siento, (chaqueta mental le llaman me parece) recordando una y otra vez cuando la tuve, cuando me fue compartida. Es increíble el modo en que mi tic rabioso que razona todo pelea con el tic pasional que todo evita razonar. Nomás por gusto, y porque puedo elijo obedecer al tic pasional. Veremos dónde acaba...suavidad suavesuavesuavesuave... 

lunes, 21 de marzo de 2011

manos, tus

van a tomarme de la cintura
ante ellas mi mirada queda atrapada
quedaron bajo mi espalda sepultadas
¿mezcladas con mezcal?
deme dos kilos de esas para llevar por favor
¿¿desde cuándo me tienen fascinada?? completamente perdida...
logran calmar mi ansia durante su presencia
en
entre pierna y pierna se llamaba aquella canción...
excepto moi et toi
caminan conmigo hacia la parada del autobús
deslizábanse deliciosamente hasta mi escote ansioso
Dios mediante
las quiero para mi, mis manos, mis ojos...
un suspiro por cada uno de sus roces
salvo me salva   (wtf enoooorme...)
según tuyas... ha!
desnudas, descubiertas sin tapujos...
dejalas sobre mi... anda
tras...!!!!!

delirium tremens

me has querido mas de tres días seguidos (c o m p l e t o s)
y no sólo eso...
te parezco hermosa
también...
mi rareza hace que tus ojos den vueltas fascinados
me besas... me abrazas

el placer que encuentras al leer también lo hallas en mis labios, entre mis manos

 y no sólo eso...
me has elegido para finalmente dejarte devorar por la locura...

qué raro eres

desde aquel que soy

Ha de resultarle cotidiano ya. Tantas veces escuchar frases como "qué lindos ojos tienes", "me gustas", etc. cada que le miro no puedo pensar en cosas que no se relacionen con ese tipo de líneas. Le quiero, no puedo evitarlo. Así como se quiere el calor que genera perderse en una pintura de Monet. Manet, quien sea... vamos que el enorme placer estético de compartir el mismo espacio con tan magnífica entidad humana aún no deja de robarme el aliento. Cada que me dirige la palabra todo da vueltas, rápido lento rápido lento rápido lento, eeh?! ahm ahm di algo di algo inteligente, no, mejor, simpático... ¿y por qué no ambas? ahm ahm di algo!!! ------ nada. Ser objeto de su mirada así se siente: ser objeto.
Las 8:26, no recuerdo cuando fue la última vez que miré el reloj a esta hora. A las nueve, a las siete... nunca a las ocho. Hm. ¿Cómo hacer para quitarle la densidad a esto que escribo? cada letra lleva una carga que joroba mi espalda. La hace caer pesada sobre las palabras que dejo aquí plasmadas. Para mí, pesado... para ella cotidiano. ¿Alguna vez lograré apropiarme algo de esa cotidianeidad tan evidente? ¿De esa familiarización de lo extraordinario? 
 Cada que digo extraordinario cuestiono la escala con la que sopeso qué es extraoridnario y qué no lo es. Verdugo y juez. Juez y parte. ¿Parte de qué? ¿alguna vez será completo? de nuevo de pregunta en pregunta. Tanto brinco marea. 
 Todo esto lo escribo lejos, lejos de esas manos... de esos ojos que me contienen entero. 

 Hasta ahora he sido alguien más. Hace ligero el asunto, lo diluye... le quita lo mareador. Vamos que escribir a través de los dedos de alguien más aunque sean los míos es como la coca-cola al whiskey. Raspa menos.

sábado, 19 de marzo de 2011

¡ w o a u !

Encontré dónde se guardaban las cosas que escribí pretendiendo publicarlas en el blog... y las subí todas.

Sin editar, resultado del furor inevitable.

miércoles, 16 de marzo de 2011

io te maldigo!

Quisiera que fuera un "t.taio" en lugar de un "io.t.maldigo" pero asi es... remitiendo a la cancioncilla esa que no deja de sonar al recordar el abrazo cálido de su mirada. Me aterra. Me sofoca, siento esta ausencia mucho más que cualquier otra. Y sin embargo no dejo de preguntarme qué carajos me pasa, hay una parte mía que no para de recriminarme el sentir esta ausencia tan pesadamente. Me desagrada sobremanera... me recuerda al vacío más grande que se que me consume, que podría tratar de llenar con chetos y seguiría consumiéndome. No tengo idea de cómo pararlo. Cada que me pongo en contacto con esa "nada" hija de perra se me va el aliento, la sonrisa se me desinfla y ni los nerds le devuelven el júbilo a mi alma.

La cosa era lo mucho que necesitaba escuchar su voz. Ahora dudo seguir necesitándolo, ya pasó ese momento en que de verdad sentía una necesidad, ahora creo que lo que me hace negarla son los muros. De repente me siento fresca.